
La Comisión Séptima del Senado archivó definitivamente la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro. La votación final resultó con ocho votos a favor del archivo y seis en contra, dejando sin futuro inmediato a la iniciativa gubernamental.
El resultado generó diversas reacciones, especialmente desde el Gobierno, que anunció que apelará la decisión ante la plenaria del Senado. “El escenario que nos han planteado es el de la consulta popular. Vamos a expedir nueve decretos reglamentarios de esta reforma”, declaró el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, tras conocerse la decisión.
La ponencia para el archivo de la reforma laboral fue firmada por los senadores Miguel Ángel Pinto, Nadia Blel, Esperanza Andrade, Honorio Henríquez, Alirio Barrera, Berenice Bedoya, Lorena Ríos y Ana Paola Agudelo, quienes argumentaron sus preocupaciones sobre el impacto de la iniciativa en el mercado laboral y la sostenibilidad económica.
Mientras tanto, sectores oficialistas expresaron su descontento con la decisión. El presidente Gustavo Petro, en un discurso desde la Plaza de Bolívar, cuestionó con dureza la decisión de los senadores que promovieron el archivo del proyecto, calificándolos de “no ser seres humanos”. “Cuando la tiranía contra el pueblo se impone, el pueblo debe rebelarse con la mayor fuerza posible”, afirmó el mandatario, instando a la ciudadanía a exigir reformas estructurales en el Congreso.
En su intervención, Petro reiteró su llamado a los legisladores para que recuerden que su papel es representar los intereses del pueblo y advirtió que aquellos que no actúen en consonancia con las demandas ciudadanas podrían enfrentar consecuencias políticas. “El pueblo los sacará del Congreso como tiene que ser”, agregó.
Con el hundimiento en la Comisión Séptima, la reforma laboral queda en un limbo legislativo, aunque el Gobierno ya ha anunciado su intención de insistir en la propuesta a través de otros mecanismos, como la reglamentación por decreto y la posibilidad de una consulta popular.