Estados Unidos suspendió toda la ayuda extranjera, incluyendo la destinada a Colombia, tras una directriz firmada por el secretario de Estado, Marco Rubio, que congela los fondos internacionales, exceptuando a Israel y Egipto. La medida es consecuencia de un decreto firmado por el presidente Donald Trump en el día de su investidura, que ordena un congelamiento de 90 días de la asistencia exterior.
El memorando firmado por Rubio señala que “no se asignarán nuevos fondos (…) hasta que cada nueva concesión o prolongación propuesta haya sido revisada y aprobada” de acuerdo con “la agenda del presidente”. Esta política afecta a una amplia gama de programas internacionales, a excepción de la ayuda alimentaria de emergencia, y deja en el limbo a países como Ucrania, que había recibido miles de millones de dólares bajo la administración Biden para contrarrestar la invasión rusa.
Israel y Egipto, históricamente los mayores receptores de asistencia militar estadounidense, son los únicos beneficiarios explícitamente exentos de esta medida. Según Rubio, el congelamiento busca permitir a la nueva administración evaluar si los compromisos actuales “no están duplicados, son efectivos y son consistentes con la política exterior del presidente Trump”.
El decreto también critica la burocracia e industria de ayuda exterior de Estados Unidos, al considerar que “no están alineadas con los intereses estadounidenses y, en muchos casos, son contrarias a los valores estadounidenses”. La decisión ha generado preocupación entre países receptores como Colombia, tradicionalmente dependiente de la asistencia estadounidense para programas de seguridad, desarrollo social y lucha contra el narcotráfico.