Fasecolda consideró que el aumento del salario mínimo que empezó a ser estudiado por el gobierno, empresarios y trabajadores deberá ser igual a la inflación.
El Banco de la República proyecta que la inflación en el país finalice 2024 en el 4%.
«En ese sentido, no se deben perder de vista los generosos y justificados aumentos que recibieron para 2022 y 2023 las familias que gozan de un salario formal estable, y, por lo tanto, ahora el foco debe centrarse en aquellos hogares que no alcanzan ni siquiera ese mínimo ingreso fijo, afectados en los últimos meses por un fenómeno inflacionario sin precedentes en las últimas décadas», señala.
Los miembros de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales deberían apuntar a un incremento del salario mínimo igual a la inflación estimada para 2024.
Las proyecciones indican que en 2023 el incremento del IPC cerrará cerca del 10%, que es más de tres veces la inflación meta de largo plazo (3%). Es bien sabido que la inflación es el impuesto más gravoso que enfrentan los sectores de la población de menores ingresos.
«Es importante tener en cuenta que el incremento del salario mínimo solo beneficia a los trabajadores formales que perciben ese nivel de ingreso; pero afecta negativamente a la gran masa de trabajadores informales que gana menos del mínimo. Adicionalmente, el incremento del salario mínimo genera una serie de ajustes en numerosas variables de la economía que alimentan la inflación y erosionan los ingresos de esos grupos poblacionales», agrega.
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