Los opositores marcharon de nuevo en Caracas contra el presidente Nicolás Maduro, en un clima de radicalización de las protestas que dejan 38 muertos en seis semanas.
«Basta de violencia, ni un muerto más», decía un letrero que llevaba una joven en la manifestación realizada tras la muerte el miércoles de Miguel Castillo, de 27 años, quien recibió un disparo en una marcha de miles de opositores que derivó en fuertes choques con las fuerzas de seguridad.
El gobierno, por su parte, prosiguió este jueves sus reuniones con diversos sectores que impulsan una Asamblea Nacional Constituyente, convocada la semana pasada por Maduro para «lograr la paz» y «derrotar a los violentos».
El gobierno y la oposición se responsabilizaron mutuamente de esta y las demás muertes, en un conflicto que tiende a ser cada vez más violento y que complica aún más la situación de este país sumido en el colapso económico.
«Nos están matando, pero no nos vamos a cansar, vamos a seguir en la calle hasta que el gobierno caiga, aunque la represión sea peor», afirmó Carlos Briceño, estudiante de la universidad donde se graduó el joven fallecido.
Desde el 1 de abril hay manifestaciones que exigen la salida del mandatario, y la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) asegura que no pararán hasta lograr elecciones generales.