
El derecho a la tierra fundamenta la consecución y garantía de otros derechos humanos. Es esencial para la seguridad y el desarrollo de las personas e implica el acceso a la tierra, así como la seguridad en su tenencia y la posibilidad de utilizarla para sustento y desarrollo.
En Colombia, de acuerdo con el DANE, aproximadamente el 80 % del territorio está clasificado como rural, y en estas áreas reside cerca de la tercera parte de la población. Es el campo la mayor despensa de alimentos para quienes habitan en el país; al menos un 70 % producidos por manos campesinas, indígenas y afrodescendientes que hacen parte de la agricultura campesina, familiar étnica y comunitaria (ACFEC).
La Tierra nos permite contar con una mejor producción, que retorna a campos y ciudades en forma de alimentos para una mejor nutrición, producción que depende de varios factores como la tenencia y gobernanza de la tierra, el uso sostenible de los recursos naturales con un mejor medioambiente y la mano de obra para que sea posible.
Velar por la garantía de estos requisitos es entonces una necesidad a resolver para construir de manera conjunta las condiciones necesarias para que en la ciudad y en el campo todos gocemos de una vida mejor.