Nairo Quintana se mostró triste por lo ocurrido con su escudero Alejandro Valverde, quien solo recorrió 7 kilómetros del Tour de Francia y debió abandonar tras caída y fracturas. “Vamos a replantear la estrategia pero todavía no hemos perdido nada”, dijo.
“Es muy difícil, es un compañero importante, nos cambian las estrategias. Espero que no sea importante, es una lástima pero seguimos en la lucha como hemos traído planeado”, afirmó el colombiano nada más cruzar la meta de la cronometrada en Düsseldorf.
Además de 36 segundos con respecto a Froome, Quintana perdió al hombre que estaba llamado a ser uno de sus principales escuderos en las etapas de montaña y el Movistar a la solución de recambio si no funcionaba el colombiano.
Trasladado en ambulancia hasta el Hospital Universitario de Düsseldorf, los pertinentes exámenes médicos han confirmado dos fracturas en su pierna izquierda: una, en la rótula; y otra, en el astrágalo, además de un profundo corte en la tibia sin afectación muscular.
La primera etapa del Tour fue una fiesta para el Sky tan blanco y poderoso de Chris Froome y un tormento para los rivales. Ganó la etapa y cambió el blanco por el amarillo el galés Geraint Thomas, el gregario de Froome que, después de una caída, se retiró del Giro que quería ganar.
Thomas rodó sobre los charcos y bajo la lluvia oscura del primer día de julio en Alemania a casi 52 por hora de media. No lo hizo mucho más lento su jefe, Froome, que le cedió 12s en los 14 kilómetros, el precio de su prudencia en las curvas, mucho menor que el que pagaron Richie Porte (35s más que Froome), Nairo (36s), Brdet (39s), Aru (40s) y Contador (46s) y Bardet, todos unidos por el miedo a perder el Tour el primer día.
Sobre todos ellos, Froome ya ha marcado unas diferencias que le permitirán manejar el Tour con la ventaja del tiempo y la ventaja psicológica