La recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín, de la mano de la recuperación de la playa de Puerto Mocho, garantizará la estabilidad ambiental de la ciénaga, pero al mismo turismo impulsará un nuevo turismo que Barranquilla que no tiene muy explorado: el turismo de sol y playa.
“La única forma de llegar a esa playa es por el tajamar, una obra hidráulica que actúa como barrera entre el río y la ciénaga, y nos permitirá llegar a nuestra única playa, con un proyecto sostenible de conectividad en el tajamar.
Por eso se proyecta un tren eléctrico y vías de acceso, tanto peatonal como de bicicletas, que les entregarán a los barranquilleros 2 kilómetros más de una especie de malecón de tajamar para volver la experiencia de llegar a la playa de Puerto Mocho una experiencia amigable con el medioambiente, pero sobre todo atractiva para el turismo. «El tren será el transporte público que conectará la playa de Puerto Mocho con el casco urbano de Las Flores”, asegura Vives.
En la playa se harán obras de estabilización de la barra, que corresponden a la parte de suelos, y después un planteamiento muy turístico de la nueva oferta de casetas y servicios gastronómicos, un sistema de caminos, canchas deportivas y, lo más importante, el ordenamiento de la playa. Junto con la DIMAR se organizarán las franjas para bañistas, para embarcaciones con motor, para deportes, para tránsito y demás actividades.
“Muy pronto vamos a abrir la convocatoria para el cambio de nombre de la playa para que los barranquilleros la llamemos como nos inspire, dentro de poco abriremos esa convocatoria también”, anunció el alcalde Pumarejo.
Impacto social
Todo el complejo de la ciénaga de Mallorquín comprende 1.200 hectáreas, entre las rondas y el cuerpo de agua, y esta intervención tendrá un gran impacto de ciudad, y en alguna medida metropolitano y departamental. La administración del alcalde Jaime Pumarejo le está apostando a que este proyecto de recuperación integral traiga muchos beneficios para las comunidades vecinas, especialmente en el corregimiento La Playa y en el barrio Las Flores. Se estima que el impacto social influirá de manera directa a más de 20.000 habitantes de la zona que verán mejoras importantes en su calidad de vida.
“Primero es turismo, que trae empleo. Le estamos trayendo a Las Flores las cosas que necesitan. Van a venir cada día más visitantes y eso significa más gente en los restaurantes. Me imagino hostales en Las Flores, donde la gente que venga a avistar aves o hacer deportes de vela, de remo o kitesurf se queden en este lugar. Así que habrá una transformación en beneficio de la comunidad, y lo mismo va a pasar con La Playa. En dos años veremos el cambio completo de estas comunidades, pero será un cambio duradero, un cambio sostenible y que va con un perfecto maridaje entre la sostenibilidad del medioambiente, la creación de empleo y la recuperación de barrios como este”, explicó el alcalde Pumarejo.
Con la Secretaría de Desarrollo Económico y el Centro de Oportunidades el Distrito viene trabajando con las comunidades de pescadores, de caseteros y con las familias que habitan en el entorno porque vendrán oportunidades de trabajo y de mejores ingresos para ellos, en múltiples frentes: recorridos guiados, expediciones, pesca artesanal, turismo de caminata, de observación de aves, además de consumo en los establecimientos, lo mismo que hostales y demás servicios comerciales para los visitantes del sector. “Claramente hay una gran oportunidad de desarrollo económico para las personas que viven en el entorno y de desarrollo social que viene de la mano con el crecimiento económico”, apunta el gerente de Puerta de Oro.
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