En más de 20 buses, cerca de 800 personas de la comunidad Emberá que estuvieron asentadas por más de un año en el Parque Nacional, en el centro de Bogotá, comenzaron este domingo el retorno a su lugar de origen, en el Resguardo del Alto Andágueda, ubicado entre los departamentos de Chocó y Risaralda.
El proceso, en el que participaron entidades del orden nacional como la Unidad para las Víctimas y el Ministerio del Interior, concluyó en horas de la noche de este domingo con éxito en el retorno, reubicación e integración local de las familias del pueblo Emberá.
Se trata de un hito significativo que reafirma el compromiso del Gobierno del Cambio con la dignidad y los derechos de las comunidades indígenas, destacó Lilia Solano, directora de la Unidad para las Víctimas.
“Estoy profundamente conmovida con la capacidad del liderazgo Emberá, de llegar a este momento después de tantas luchas en la ciudad, después de un desplazamiento que los ha golpeado desde los años 70. (…) Retornar es volver a la montaña, al agua, al río y a las familias. Y la Unidad para las Víctimas tiene el honor de acompañar a esta comunidad a un retorno con garantías de dignidad», afirmó la funcionaria.
En este proceso, alrededor de 270 hogares (aproximadamente 700 personas) han regresado a sus territorios ancestrales en el Alto Andágueda, ubicado entre los departamentos de Chocó y Risaralda, mientras que más de 60 hogares (casi 200 personas) fueron reubicados temporalmente en albergues en el sur de Bogotá, con la asistencia de la Unidad para las Víctimas y el apoyo del Distrito.
En horas de la madrugada de este domingo salieron con rumbo a Alto Andágueda nueve camiones con los enseres de la comunidad Emberá en retorno; posteriormente, en horas de la tarde, salieron alrededor de 60 familias que serán reubicadas en albergues temporales en la capital del país, y en horas de la noche salieron a su destino los 20 buses con el resto dela población indígena, en su mayoría niñas, niños, adolescentes y mujeres.
En Bogotá permanecerán en cuatro albergues las familias que aceptaron el traslado de manera temporal. Estos espacios, seleccionados bajo criterios de dignidad, ofrecerán condiciones adecuadas para la estancia de las familias por un periodo estimado de dos meses, mientras el Gobierno y las comunidades Emberá definen su destino definitivo.
La Unidad para las Víctimas, en coordinación con el Distrito, habilitó el albergue Fundines, en Ciudad Jardín, para recibir a 41 personas organizadas en 10 familias.
“Fue un trabajo intenso y articulado con diversas entidades del gobierno», señaló la directora de la Unidad para las Víctimas, tras destacar el trabajo articulado con varias entidades nacionales y el Distrito.
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