La comunidad científica internacional y organismos como las Naciones Unidas han alertado sobre la necesidad de transformar nuestras dietas y el próximo gobierno colombiano deberá enfrentar desafíos que van más allá del acceso a los alimentos.
La ONG internacional Sinergia Animal ha elaborado una lista de los que considera serán los retos más urgentes para el futuro mandato.
Mitigación del cambio climático y deforestación
Si no se detienen o reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), Colombia podría perder hasta $4.54 billones de pesos anuales, de acuerdo con un estudio del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam. La misma entidad señaló que “el sector que más contribuye a este fenómeno es el de la ganadería, agricultura y cambio del uso del suelo, al que corresponden un 59% de las emisiones del país”.
“Cuando hablamos de cambio climático, los gobiernos suelen incluir en sus agendas la transformación del sector minero energético, y si bien estos esfuerzos son fundamentales, pero también es hora de hablar del impacto de la ganadería y la agricultura animal”, explica Karen Reyes, vocera para Colombia de Sinergia Animal.
El factor más predominante en términos de GEI para Colombia es la deforestación: los bosques convertidos en pastizales son responsables del 62% de las emisiones, lo que representa un incremento del 28% entre 2014 y 2018, siendo la Amazonía la región más afectada por este fenómeno con 109.000 hectáreas de bosque deforestadas, la cifra más alta registrada en 2020.
Prevención de futuras pandemias y mayor seguridad alimentaria
La crisis que atravesó el país como consecuencia de la pandemia por Covid-19 ha sido una de las más difíciles de nuestra historia reciente. Actualmente, el 75% de todas las nuevas enfermedades infecciosas son zoonóticas, es decir que tienen su origen en los animales. Hay un aumento a nivel mundial de los patógenos emergentes que están vinculados con la salud de los ecosistemas y la forma en la que los animales son criados para la alimentación.
“Desafortunadamente, Colombia ha apostado por los sistemas más industriales de producción. De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), estos sistemas reúnen los factores para la propagación de nuevas enfermedades y pandemias, como la gran concentración de animales en espacios cerrados y una baja diversidad genética entre ellos”, explica Reyes.
“Sumado a los altos índices de informalidad y prácticas de las más crueles, que suelen implicar un intenso hacinamiento, los consumidores se exponen a riesgos importantes para la salud. Por ejemplo, en granjas industriales, los animales reciben antibióticos de manera indiscriminada, estén o no enfermos, y esto puede generar el surgimiento de cepas bacterianas resistentes a los antibióticos que contaminen nuestros alimentos y pueden matar personas”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las bacterias resistentes a los antibióticos ya causan la muerte de 700 mil personas por año a nivel global y se espera que, para 2050, 50 millones fallezcan debido a este problema de salud pública si el uso indiscriminado de antibióticos en la medicina humana y el cuidado veterinaria no es controlado de forma más eficaz.
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