El nuevo Puente Pumarejo que se construye paralelo al viaducto actual en Barranquilla, requeriría una nueva adición presupuestal y prorroga en su plazo de entrega para ser dado al servicio el próximo año.
El Ministerio de Transporte reveló en su última visita a la obra que la ejecución venia con «algún retraso» pero esperaba se aceleraran las obras.
El Instituto Nacional de Vías (Invías), exigió a los encargados de la obra que agilicen el ritmo de trabajo para que la estructura sea entregada el primer semestre del año siguiente, tal y como se pactó.
En esa revisión a la obra, Invías pidió se trabajen las 24 horas para que, de esa forma, se puedan cumplir con los tiempos estipulados cuando el contrato se firmó.Carlos García, director de la entidad señaló que con los recursos que recibieron los contratistas $274.000 millones de pesos son más que suficientes para acelerar la ejecución de los trabajos.
Sinembargo Sacyr, la empresa que ejecuta los trabajos dejo entrever que el nuevo puente Pumarejo no estará en funcionamiento en mayo del 2018, tal y como estaba previsto en el contrato que suscribieron en abril de 2015 el Invías y un consorcio liderado por la firma española Sacyr.
El retraso y mayor costo de obra evidencian que aún persisten problemas estructurales en la contratación de obra pública.
Pero mientras se determinan responsabilidades, se conocieron detalles de esta disputa que se ha originado entre las dos partes por cuenta de este retraso.
Invías le pone presión al concesionario para que cumpla con el cronograma y la calidad de las obras, pero Sacyr explica que algunos problemas se originaron por la demora en la consecución de algunos predios, licencias ambientales, y cambios no previstos en el diseño inicial.
El proyecto –además– tiene problemas de liquidez, y prueba de ello es que el propio concesionario estaría buscando un crédito cercano a los $30.000 millones con el Banco de Occidente. El éxito de este empréstito estaría atado al entendimiento que puedan lograr tanto Invías como Sacyr en las próximas semanas.
Sacyr le habría solicitado hace un tiempo a Invías el cambio de juez, es decir, que la instancia sea un tribunal de arbitramento y no un juez convencional para dirimir las situaciones que se han presentado para que la obra no tenga el avance adecuado.
Actualmente el consorcio está cumpliendo todas las obligaciones con sus subcontratistas. Ha habido algunas diferencias con algunos de ellos, las cuales, sin embargo, ya fueron solucionadas, y la obra se viene ejecutando 24/7 más de 1.100 personas, entre directos e indirectos, con equipos de última tecnología e innovación.
El contratista se ha comprometido con el Invías a aportar recursos técnicos y humanos adicionales para una conclusión exitosa del proyecto.
Hay algunas circunstancias ajenas a las partes que afectaron el cronograma de obra, un tema de responsabilidad de terceros y la solución a esa problemática, tal como lo establece el contrato, están siendo analizados en las mesas de trabajo correspondientes.
