El padre jesuita Jorge Bergoglio, más tarde cardenal arzobispo de Buenos Aires, estuvo en la capital colombiana al menos cuatro veces mucho antes de ser elegido en 2013 pastor de la Iglesia católica.
Hace varios años estuvo en la capital colombiana y en otras ciudades de Colombia cuando era simplemente el padre Jorge Bergoglio o el arzobispo de Buenos Aires.
Y es que Colombia había sido visitada antes por dos papas, pero en este tercer viaje es alguien que ya conocía el país.
El Papa visitaba Bogotá hasta hace pocos años para participar en Bogotá en las reuniones del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y muchos de sus compañeros de reuniones lo recuerdan.
El sacerdote Álvaro Restrepo, quien lo sustituyó como provincial de los jesuitas en Argentina, recuerda que en marzo de 2008 Bergoglio estuvo reunido en Bogotá con sus compañeros latinoamericanos presidentes de las conferencias episcopales.
“Sr. Card. Jorge Mario Bergoglio, S.J., azobispo de Buenos Aires, presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina” es la leyenda que aparece al final del documento emitido en esa ocasión.
Mucho antes el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien fuera arzobispo de Santo Domingo, relató hace varios años que se hizo amigo de Jorge Mario Bergoglio en 1991, en una reunión del CELAM en Bogotá. Aún no era obispo de la capital argentina.
El obispo castrense de Ecuador y secretario de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor Segundo René Coba Galarza, recordaba algo parecido y es que hace más de veinte años monseñor Jorge Mario Bergoglio era obispo auxiliar de Buenos Aires. Se conocieron en Bogotá en una reunión convocada por el Celam.
“Éramos más o menos 120 personas y nos dividieron en trabajos de grupos. En ese grupo estaba un obispo joven que nos dijeron era el obispo auxiliar de Buenos Aires. Él coordinó el trabajo de grupos”, relata.
Y el obispo de la diócesis de Fontibón, monseñor Juan Vicente Córdoba, recuerda cuando acompañó a Francisco en sus viajes a Bogotá.
En aquel tiempo la ciudad tenía muchos frentes de obras públicas retrasados, lo que aumentaba los problemas de movilidad.
“Lo que le impactó fue la llegada y ver la calle 26 destruida”, relató Córdoba, quien acompañó a Bergoglio a la zona de Usaquén, en el nororiente bogotano, donde está situada la sede del Celam.
Pero en lugar de quejarse, el entonces obispo se refería más bien al paisaje bogotano. “Bogotá siempre tan verde”, le comentó Bergoglio a Córdoba.
Monseñor Córdoba correspondió así la hospitalidad del Papa actual, que en los años 80 lo había recibido en Buenos Aires y “fue buen anfitrión”.
El portavoz del Vaticano, Greg Burke, declaró esta semana que el ahora Obispo de Roma ya estuvo en dos ocasiones en Colombia: una para las reuniones del Celam y como sacerdote, cuando tenía 42 años, y estuvo en Bogotá, Medellín y La Ceja (Antioquia).
Aparte de eso, el papa tiene otros nexos con Colombia.
En la delegación vaticana que acompañará al Papa figuran, además del secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, el arzobispo emérito de Villavicencio y secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, el colombiano Octavio Ruiz Arenas.
Y finalmente otro colombiano, monseñor Mauricio Rueda Beltz, es el responsable de los viajes del Papa Francisco y hace pocos días estuvo en el país para aprobar los preparativos de la visita.