Como parte del programa Guajira Azul, que busca aumentar la cobertura y calidad del suministro de agua potable y de saneamiento básico en el departamento, en el municipio de Manaure se puso en marcha un modelo de distribución del preciado líquido, que no solamente acaba de obtener la mención de honor del Premio Nacional de Alta Gerencia, sino que ha despertado el reconocimiento de las comunidades que hoy reciben un agua potable limpia y de manera expedita.
Luis Gonzalez, un guajiro de pura cepa, tiene hoy el mejor empleo que hubiera podido desear. Él es el encargado de operar y distribuirles agua potable a las familias vulnerables de Manaure, lo cual ha sido posible gracias a un novedoso proyecto de suministro del precioso líquido, puesto en marcha por el Gobierno Nacional en el marco de la estrategia Guajira Azul.
Se trata de seis pilas públicas instaladas por el Ministerio de Vivienda en Manaure, bajo el modelo denominado Casa Azul, experiencia que ya beneficia a 12 mil habitantes de la región y que este año recibió la mención de honor del Premio Nacional de Alta Gerencia.
Guajira Azul es uno de los proyectos bandera del Gobierno del Presidente Duque, liderado por el MinVivienda, para aumentar la cobertura y calidad del agua potable y el saneamiento en el departamento de La Guajira.
Esta iniciativa tiene por objetivo aumentar la continuidad del agua en las zonas urbanas de 9 horas al día a 16, y la cobertura del 4 al 70 por ciento en las zonas rurales. Bajo el concepto de que “Guajira Azul es agua limpia, siempre y para todos”, el programa está transformando las vidas de 440 mil habitantes del departamento, y la meta es llegar a un millón 200 mil personas beneficiadas al año 2022.
Luis González, uno de los beneficiarios de Guajira Azul en Manaure, afirma: “Gracias por las pilas que trajeron las autoridades, los líderes, porque anteriormente a nosotros nos tocaba duro para buscar el agua, hasta a 20 kilómetros de lejos, a lomo de burro o a caballo, para traer dos pimpinitas que no alcanzaban para nada. Ahora estamos cerca y estamos contentos con el agua. Aquí vienen los que llegan de la ranchería, de las comunidades, para buscar el agua bendita. Ahora tenemos el agua al ladito, al pie de uno. Gracias al Gobierno, que nos está dando la ayuda”.
Algo similar opina Hernando Arpuchan, también oriundo de Manaure: “Vengo, todos los días, a buscar 40 litros de agua diarios, en la mañana y en la tarde, para cocinar, para tomar, para hacer chicha, para la mazamorra. Antes había que echar pata hasta el jagüey –depósito superficial acuático típico de La Guajira– y cargar la pimpina con agua. Ahora nosotros estamos agradecidos, porque la tenemos cerquita”.
Tres mujeres de la comunidad wayuu, igualmente beneficiarias de las pilas públicas de Manaure, se refieren, a su vez, al beneficio que significa tener el agua cerca y, además, que sea potable y no ocasione enfermedades, sobre todo a los niños, como ocurría antes.
En este sentido, Elvia Barros Pushaina no duda en declararse feliz por la situación que se ha presentado con la llegada de las pilas públicas de distribución de agua.
“Gracias a los señores del Ministerio de Vivienda –dice– por acordarse de nosotros. Hoy tenemos agua limpia. Antes sufríamos mucho para ir a buscarla, porque nos tocaba esperar en la carretera para comprarla y poder beberla. Ahora, nosotros cuidamos esta agua, y ya no nos enfermamos. El agua antes nos enfermaba, y a los niños les daba diarrea y vomitaban. Ahora estamos bien y no nos enfermamos, porque esta agua es limpia y podemos cocinar con ella. Estamos muy felices con el Ministro de Vivienda y sabemos que él tiene buena voluntad. En nombre de la comunidad, le agradecemos por traernos el agua acá”.