La Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) se reune con los representantes de la firma Navelena y de las aseguradoras involucradas para definir el proceso de declaratoria de caducidad del contrato de dragado del río Magdalena, que mantiene en vilo a Barranquilla por su alta sedimentación.
Cormagdalena sancionó a Navelena por un monto de $914 millones, y la decisión de mantener o no el fallo debió darse en una audiencia en la sede de la Corporación en Bogotá el pasado 3 de abril, pero Navelena presentó un recurso de reposición para que la entidad reconsiderara la decisión.
Las aseguradoras que estuvieron involucradas, debido a que los montos por los que tendrían que responder son superiores a los contratados, lo que ocasionó que Cormagdalena haya solicitado aplazar la audiencia para poder considerar los argumentos de las partes.
De acuerdo con el presidente del Puerto de Barranquilla, René Puche, independientemente de la continuidad o no de la firma cuyo mayor socio es Odebretch, el mantenimiento de los niveles del río dentro de lo contratado no va a ser suficiente, sino que estos deberían profundizarse a 15 metros y pasar de 150 metros de ancho a 300 metros.
“Durante el tiempo que dura esa importación se pone mucha presión sobre los puertos por el volumen. Entre marzo y abril, por los diferentes terminales, van a entrar entre 900.000 y un millón de toneladas. En el de Barranquilla entrarán unas 500.000 toneladas, pero estimamos que 20% de las naves tendrán que ir a aligerar a otros puertos, por lo que dejaríamos de recibir entre 180.000 y 200.000 toneladas”, dijo Puche.
Esto implicaría que dejarían de percibirse entre $3.678 millones y $4.087 millones por no tener la profundidad necesaria para el descargue directo.
Precisamente por eso, añadiéndole a esto la coyuntura de restricción para el ingreso y salida de buques de la zona portuaria de Barranquilla con calados superiores a 8.3 metros, y atendiendo a la solicitud de la Capitanía de Puerto, el Ministerio de Transporte anunció que «se procederá junto a las autoridades departamentales y distritales a las declaratorias de calamidad pública y urgencia manifiesta», con el fin de dar inicio a las tareas de dragado.
El problema de descargue en otros puertos no solo afecta los ingresos de la ciudad de Barranquilla sino que también el de los importadores que, en muchos casos, tienen que volver al Puerto de Barranquilla para terminar de descargar.