La tasa de inversión más alta entre las economías de América Latina, una mayor profundización financiera, la reducción de la pobreza y la buena calificación de su deuda, entre otros factores, genera un alto nivel de confianza entre los inversionistas.
Gracias al programa “Colombia Siembra”, que incrementó las áreas cultivadas y las cosechas, los precios al consumidor se encaminan a cumplir la meta de incremento de un máximo de 4% este año.
De la misma forma, 5,1 millones de colombianos salieron de la pobreza en los últimos 6 años, y se logró que el indicador multidimensional alcanzara un 17,8% al año pasado, mientras que se dieron muy importantes pasos encaminados a reducir la desigualdad, que en el 2016 llegó a 0,517, frente al 0,560 en el 2010, medida por el Coeficiente de Gini.
Colombia es una economía mucho más sólida frente a la situación que enfrentaba a comienzos dela presente década, e indicadores fundamentales como su tasa de inversión, su disciplina fiscal, el mejoramiento de las tasas de interés de su deuda interna y la profundización financiera, generan una fuerte confianza entre inversionistas nacionales y extranjeros.
La variación acumulada del índice del Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó un notable 131,3, superior al 126,8 registrado en la economía mundial y más alto que el 113,2 registrado para América Latina y El Caribe, pese a la difícil coyuntura originada en la caída de los precios de bienes como petróleo, carbón y cobre, que ha impactado duramente a la región.
La tasa de inversión se ha mantenido en un saludable promedio de 28,1% del PIB entre el 2011 y el 2016, similar a la que tenían los llamados “Tigres Asiáticos” y más alta frente al lapso 2003-2010.
Ese desempeño también es el más alto entre las mayores economías dela región como Brasil, Argentina, México y Chile.
De la misma forma, la profundización financiera, medida como el crédito del sector financiero como porcentaje del PIB, alcanzó su mayor nivel en casi dos décadas el año pasado, con un 47%.
Mientras que grandes economías emergentes como Brasil, Rusia y Turquía perdieron su grado de inversión otorgado por las agencias calificadoras de riesgo, el país no solo se mantuvo como un emisor confiable deuda, sino que mejoró su perspectiva, gracias a la disciplina fiscal y a una Reforma Tributaria Estructural que mejora sus ingresos para fortalecer la inversión social.