El estudio servirá para focalizar las políticas y programas que busquen el bienestar y desarrollo integral de esta población.
«Los resultados de la encuesta generan una línea de base que nos ayudará a que las políticas públicas sean más eficientes para garantizar el derecho de todos los niños, niñas y adolescentes del país. Además, nos alineamos con la estrategia INSPIRE, para la prevención de la violencia infantil, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo Iván Darío González Ortiz, Viceministro de Salud y Prestación de Servicios encargado de funciones del despacho del Ministro.
Explicó que los menores están expuestos a la violencia sexual, incluyendo tocamientos no deseados, intento de acceso sexual no deseado, presión y coerción, y aseguró que las mujeres entre 18 y 24 años reportan con mayor frecuencia haber sufrido violencia sexual en su infancia o adolescencia, frente al 7,8% de los hombres. «El trabajo intersectorial es fundamental para el abordaje de estrategias de prevención que estén basadas en la evidencia. Aquí es importante el desarrollo de capacidades del talento humano para que identifiquen oportunamente cualquier factor de riesgo», manifestó.
Los datos de esta encuesta muestran que el porcentaje de jóvenes entre los 18 y 24 años que sufrió violencia sexual, física o psicológica antes de los 18 años fue de 40,8% en mujeres y 42,1% en hombres.
La violencia física antes de los 18 años afecta más a los hombres (37,5%) que a las mujeres (26,5%). La violencia sicológica por parte de padres, cuidadores, parientes o adultos antes de la mayoría de edad se ejerce más sobre las mujeres (21,2%) que sobre los hombres (9,5%).
Las personas que han estado expuestas a la violencia psicológica reportan más problemas de salud mental como estrés, conductas de auto daño e ideas suicidas. Así mismo, la encuesta señala que existe elevado consumo problemático de alcohol, tanto en mayores como en menores de edad.
La EVCNNA contribuye al fortalecimiento de la capacidad del país para diseñar, implementar y evaluar los programas de prevención de violencia y enriquecer los sistemas actuales de protección de la niñez.
González Ortiz sostuvo que es necesario generar entornos protectores que contribuyan a construir un mejor futuro para los menores y acudir a los servicios sociales, incluidos los de salud para recibir atención y orientación cuando sea necesario.