La turística Catedral de Sal de Zipaquirá, en Colombia, se ha convertido en uno de los lugares preferidos por turistas nacionales y extranjeros en el peregrinaje de Semana Santa. La Catedral de Sal es un recinto construido en el interior de las minas de sal de Zipaquirá, en el departamento de Cundinamarca.
En realidad se trata de un sitio turístico, es más como un museo que como un verdadero templo catedralicio pues no es la sede de ningún prelado. Los extranjeros que llegan al país para visitar templos en esta celebración religiosas, acuden a la catedral que guarda características especiales.
Es el templo religioso a mayor profundidad sobre la tierra y eso le da un atractivo especial.
En Semana Santa, tiene como todos los templos católicos una programación religioso a la que acuden no solo turistas sino los lugareños. La catedral, ubicada en Zipaquirá a pocos kilómetros de Bogotá.
El diseño arquitectónico y artístico de la nueva Catedral de Sal, es propio del arquitecto bogotano Roswell Garavito Pearl, el cual salió aprobado tras la elección del proyecto que contenía un total de 44 propuestas en un concurso convocado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos en 1990; mientras que la dirección técnica de ingeniería fue ejecutada por el ingeniero bogotano Jorge Enrique Castelblanco Reyes.
En su interior se encuentra una rica colección artística, especialmente de esculturas de sal y mármol en un ambiente lleno de un profundo sentido religioso que atrae a turistas.
La catedral de Sal de Zipaquirá es considerada como uno de los logros arquitectónicos y artísticos más notables de la arquitectura colombiana, otorgándosele incluso el título de joya arquitectónica de la modernidad. La importancia de la Catedral, radica en su valor como patrimonio cultural, religioso y ambiental.