El sábado 2 de noviembre, cuando Cartagena conmemoró 40 años de su declaratoria como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, lo hará con el edificio Aquarela en ruinas. La amenaza que representó la polémica mole de concreto llegó a su fin.
La polémica edificación, que estuvo siete años en pie, pese a las advertencias de la Unesco sobre el riesgo que representaba para el Patrimonio de la Humanidad, al interferir con la visual del Castillo San Felipe de Barajas.
La ceremonia se llevó a cabo en el lote donde solo quedan escombros, con la presencia, además del Alcalde Mayor de Cartagena, de representantes del Ministerio de las Culturas y de la Unesco.
Cabe resaltar que, en solo seis meses, desde el inicio del proceso de su desmomente, el Gobierno del alcalde Dumek Turbay Paz logró lo que solo fueron promesas fallidas durante siete años: el fin de una pesadilla para la arquitectura y el renombre de Cartagena ante el mundo.
Alfonso Nieves, gerente de Edurbe, encargada por la Alcaldía Mayor de Cartagena para dicho proceso, se refirió este logro para la ciudad, a través de la contratación de empresa Atila, con reputada trayectoria en ese tipo de tareas.