«No tengo miedo», el grito de miles de personas, entre ellas el rey Felipe de España, desfilaron en Barcelona en rechazo a la violencia tras los atentados yihadistas que dejaron 15 muertos hace nueve días.
Es la primera vez en la historia de la joven democracia española que un monarca participa en una manifestación, aunque Felipe VI no presidirá la marcha.
Convocados por el ayuntamiento de la segunda ciudad de España y el gobierno regional catalán, barceloneses y visitantes quisieron mandar un mensaje de paz tras el doble atentado que nueve días antes dejó 15 muertos en Barcelona y en la localidad costera de Cambrils.
«La mejor respuesta es la paz», «No a la islamofobia», podía leerse en las pancartas que enarbolaron los manifestantes -medio millón según la policía municipal- junto a rosas rojas, blancas y amarillas, los colores de Barcelona.
Por decisión de los organizadores, estará encabezada por quienes acudieron en socorro de los afectados: policías, bomberos, médicos pero también vecinos y comerciantes que abrieron sus puertas a las víctimas heridas y asustadas.
Con esta «gran manifestación», Barcelona quiere lanzar un mensaje «a favor de la paz, contra la violencia, contra el terrorismo y sobre todo en solidaridad con las víctimas», explicó su alcaldesa, Ada Colau, que desfilará en segunda fila como el resto de autoridades.
Entre ellas estará también el presidente del ejecutivo español, Mariano Rajoy. El dirigente conservador mantiene un duro enfrentamiento político con el gobierno regional catalán, determinado a independizarse de España, aunque el viernes mandó un mensaje «de amor a la ciudad de Barcelona».
(Foto Cortesía)