Los actos vandálicos presentados durante las jornadas del Paro Nacional, ocasionaron pérdidas superiores a $60.000 millones para los siete sistemas integrados de transporte masivo del país (Sitm), cifra que se suma a la disminución de 55% en los ingresos totales de los sistemas desde que inició la pandemia, por la que el déficit superó los $2 billones.
Los alcaldes de las ciudades donde se registró el vandalismo pidieron nuevas líneas de crédito para refacciones tanto de estaciones como articulados y acceso a sistema crediticios provisto por el Estado para el funcionamiento de estas empresas.
De acuerdo a un informe del diario La República, los alcaldes de las ciudades donde operan los principales sistemas integrados de transporte masivos (Sitm) del país plantearon alternativas al presidente Iván Duque ante la evidente crisis de sostenibilidad financiera que atraviesan los entes gestores.
Propusieron asignar recursos del Estado bajo la fórmula impartida de 70% la Nación y 30% los entes territoriales, e incluyeron la propuesta de incluir a los Sitm en la nueva reforma tributaria.
Los mandatarios solicitaron la posibilidad de acceder a líneas de crédito con tasa compensada, con recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome).
Transmilenio, fue el que sufrió el mayor impacto del vandalismo y entre los ingresos por pasajes y el costo real de operación de $892.000 millones, a un aumento de 20% con alrededor de $1,1 billones, que le fueron aprobados en ese momento por el Consejo Distrital de Política Económica y Fiscal (Confis).
Transmetro en Barranquilla, de acuerdo a cifras reveladas por Fernando Isaza, su gerente, acudió a la línea de crédito del Gobierno por $38.000 millones, con lo que se ha logrado mantener el sistema y así mitigar el déficit de $52.700 millones, revelado por la Red Simus para este gestor.
Transcaribe, en Cartagena, antes de la pandemia, movilizaba más de 140.000 pasajeros, hoy solo transporta 60.000 en día hábil. Con estos ingresos, que son la única fuente que tiene el sistema,
El sistema MIO, en Cali, ha sido el más impactado por la crisis generada por las marchas, al reportar 16 buses incinerados, 45 buses vandalizados, 47 estaciones saqueadas, tres terminales incineradas y siete estaciones quemadas, lo que se traduce en una pérdida de $45.000 millones, sin contemplar daños tecnológicos a la infraestructura.
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