El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, inició este jueves otros seis años en el poder con una economía colapsada que no muestra signos de tocar fondo y una amenaza de algunos vecinos latinoamericanos que dicen que no reconocerán a su gobierno.
Maduro ignoró el llamado de los países del Grupo de Lima y asumió, no ante la Asamblea como señala la constitución, sino ante un Tribunal de Justicia.
Durante casi una década de mala gestión, Venezuela ha malgastado su profunda riqueza petrolera, dejando a su economía destrozada y a América Latina afectada por un éxodo masivo sin precedentes de migrantes en busca de alimentos y medicinas.
La ONU estima que hasta 3 millones de venezolanos han huido desde 2014.
El Grupo Lima, un bloque regional que trata de convencer al régimen de Maduro de una reforma democrática, declaró ilegítimo el nuevo mandato de Maduro en un comunicado.
Instaron al presidente a que transfiriera el poder a la Asamblea Nacional hasta que pudieran celebrarse nuevas elecciones.
Las elecciones de mayo que devolvieron a Maduro al poder quedaron en gran parte desacreditadas. La participación fue históricamente baja según las cifras oficiales y los grupos de oposición boicotearon la votación.
El Fondo Monetario Internacional predice que la inflación llegará a 10 millones por ciento en 2019. El régimen de Maduro aumenta continuamente el salario mínimo, alimentando cada vez más la inflación, por lo que cada aumento en realidad vale menos para los venezolanos.